SEYNA Reformas - Valencia, Valencia

Vicente Jordán Crespo

Ni en mi peor pesadilla podía imaginar que alguien trabajara así de mal, esta gente hace buenos a Pepe Gotera y Otilio.
Decidí reformar el baño de mi suegro (gran dependiente) para hacerle accesible la ducha. Elegí esta empresa porque lleva unos 30 años en mi barrio y me daba más confianza que las muchas empresas de reformas que han surgido en los últimos años, grave error por mi parte.
Comentaré algunas de las cosas más graves que ocurrieron, aunque hay muchas más:
- 57 días para reformar un baño de 3 m2 (inodoro, lavabo y ducha), casi dos meses. Absolutamente inaceptable.
- Ventana torcida. La reforma incluía el cambio de la ventana de madera por una oscilobatiente de aluminio. Una vez colocada y con los azulejos puestos resulta que la ventana está torcida. Tienen que venir, picar los azulejos alrededor, recolocar la ventana y volver a azulejar.
- El color de la junta entre los azulejos lo eligió un ciego. Los azulejos son grises y la junta que eligieron tiene un color pardo rojizo que empeora muchísimo en la zona de la ducha cuando se moja. Estoy cambiando las juntas yo mismo, porque los albañiles de Seyna no los quiero ver en mi casa nunca más.
- Bases de enchufe que, literalmente, se van detrás del enchufe cuando estiras.
- Carril de puerta corrediza torcida. La reforma incluía el cambio de la puerta por una corrediza. Cuando vinieron los carpinteros a instalar la puerta se tuvieron que ir sin poder colocarla porque el carril de la puerta parecía la subida al puerto del Tourmalet. Aunque un albañil vino al día siguiente a picar y falcar de nuevo el carril, ya no hubo disponibilidad de carpinteros hasta 20 días después.
- El desagüe de la nueva ducha comenzó a dar malos olores, cosa que nunca había ocurrido antes de la obra. Según el gerente de Seyna la culpa era de cualquier cosa menos de ellos. Por suerte conseguí que viniera de nuevo el fontanero (muy competente, al fontanero lo salvo) que corrigió el problema que tenía el sifón que ellos habían colocado.
El gerente de Seyna no conoce la palabra empatía, todavía no he recibido ni media disculpa por los errores o por los retrasos. Lo que sí conoce es pedir dinero: una vez terminada la obra (tarde y mal) pagué el último plazo según contrato (a pesar de todo). Pues bien, entonces quería más dinero por trabajos que, “supuestamente”, había olvidado poner en el presupuesto. Pues no, Jose, los sobrecostes son para los políticos y comisionistas, no para mi.

jose luis molina beltran

Solo informarme muy cordialmente

JOSE ENRIQUE CEZON MARTINEZ

Cristina García

Elisa Ferrer